El estilo y concepción musical de Salto Ciego los ha hecho merecedores de las miradas del público, ávidos por propuestas que se atrevan a romper lo establecido.
Ya por el 2016 esta agrupación, daba sus primeros pasos, diferenciándose así de toda la movida postpunk, alternativa e indie que reina -y sigue conquistando en buena medida- a la Argentina. Asimismo, aunque estén desligados del underground lóbrego, calan perfectamente en la camada de bandas emergentes.
Salto Ciego, una invitación a atreverse
Ya tan solo en nombre de la banda es una invitación al vacío, a la incertidumbre y a la confianza de sencillamente dar el paso hacia lo desconocido, a arriesgarse. No se sabe qué puede haber más allá de ese salto. Lo benéfico o lo dañino. Una dualidad que nos abraza desde el primer momento.
La banda está integrada hoy día por Gustavo González (guitarra y voz), Elías Abate (guitarra y sintetizador), Fernando Vega (sintetizadores) y Julián Brandsdorfer (batería).
Han pasado aproximadamente dos años desde el lanzamiento de su primer Ep (Impulso eléctrico). Este trabajo estaba integrado de cinco tracks cargados de una combinación analógica y eléctrica; todo en perfecta sincronía con la voz de Gustavo.
Para un primer acercamiento, la producción en general tiene un esfuerzo tremendo a nivel técnico. Fue grabado y mezclado en Maya Studio e Islandia Studio (Córdoba, Argentina) entre noviembre 2015 y enero 2016 por Luis Primo, Gabriel Cabrera y Sebastián Palacios.
Track a track, La Sensación
Con tan buen primer acercamiento a la escena argentina, Salto Ciego nos trae este año su larga duración en debút: La sensación. Durante el proceso de espera, la banda ya nos había adelantado el sencillo «Accidente», que grabaron en colaboración de Tomás Ferrero, quien participa vocalmente en Rayos Lazer.
De entrada nos encontramos con «Todo esto». Una apertura que no deja de lado la estridencia de las guitarras eléctricas, pero que es bien acompañada por beats artificiales, además de los sampleados a los que nos tuvieron acostumbrados en el primer Ep.
«Radio Terror» ya nos acerca a una influencia directa al rock ochentoso latinoamericano. El sintetizador toma protagonismo mientras el eco de la guitarra solo pasa a saludar en pequeños arreglos. En lo personal, uno de los mejores tracks del disco.
En el tercer acto nos encontramos con la explosiva «Crudo». Las guitarras son la viva presencia de las remanencias funks de principios de los 90s. Todo esto ejecutado con maestría y sin opacar al resto de la instrumentación.
Continuamos el Salto Ciego con «Acertijo» e «Incendio». De nuevo: el protagonismo recae en el trabajo vocal y en las guitarras. Ambos elementos nos sumergen de manera sutil por una caminata de colores, a otros tiempos, otras épocas -y épicas-.
Ahora, con «Desentramar» (bonita palabra, dicho sea de paso). Es una invitación a separar nota por nota esos arpegios de sintetizador del inicio mientras la voz nos recita «cuando todo está por explotar». Phil Collings o Génesis me viene a la mente, y atraviesa esa barrera del tiempo con grandeza. Otro de mis temas favoritos. No se pierdan el solo de guitarra.
Las últimas pistas
«Accidente» y «La estrella rompiente» es la dupla que cierra La sensación. La bateria adquiere un color muy real, de redoblante puro, y torna al primer tema en una energía poderosa que poco a poco entra en consonancia con su predecesora. Nos lanzamos al vacío y no nos importa; cerramos los ojos y volamos, arropados por la música y por lo que vendrá.
Salto Ciego nos ha regalado una placa discográfica para recordar, para volver a ella en el fin de semana, en el auto. Es, sin duda, uno de los mejores trabajos en lo que van de año.
Sé que no exagero cuando digo que Salto Ciego es parte del renacer del electropop argentino. Muy pocas bandas he escuchado en este continente que continúen este legado, y que lo hagan de una manera tan sincera.
Por supuesto, recomiendo con una sonrisa en el rostro el trabajo de Salto Ciego, dale play y disfruta: