Telefonema regresa con todo en este 2019. La agrupación argentina ya nos había sorprendido anteriormente con su trabajo Sin fecha de retorno, dejando así excelentes críticas de su trabajo y propuesta.
Ahora, a casi un año desde aquel lanzamiento, el dúo conformado por Alelí Cheval y Gustavo Plaza regresan a la escena con una iniciativa única, fresca y, sobre todo, muy original para estos tiempos que corren.
«Buzones rojos» es el quinto trabajo audiovisual de Telefonema hasta la fecha. La concepción de esta idea proviene de Mariano Juarez, quien hoy día lleva la cuenta de Instagram de @buzonesdebuenosaires.
Los Buzones Rojos, un símbolo de urbanidad
En Argentina, los buzones rojos son un símbolo de la urbanidad y de los cimientos del país como la nación que conocemos; una conexión casi magnética con el pasado. Estos buzones fueron traídos al país a finales del siglo XIX desde Inglaterra. Desde entonces se comenzaron a construir en el país para su uso diario.
Hoy por hoy, los buzones rojos han disminuido considerablemente en número, pasando de un total de mil quinientos a doscientos en Buenos Aires (algunos ya vandalizados, corroídos por el óxido y erosionados por el tiempo).
Mariano Juarez le sugirió a Telefonema si podían concebir una canción que girara en torno a este proyecto. El resultado fue una pista incluida en Sin fecha de retorno, el cual, dicho sea de paso, fue reseñado en su momento.
Los buzones protagonizan el clip
El videoclip fue filmado entre los meses de noviembre y febrero del 2018 y 2019 respectivamente. Telefonema y Mariano usaron varias locaciones para lograr un resultado variado; desde San Telmo, Belgrano, Colegiales, Palermo hasta Monserrat. Por si fuera poco, la participación de muchas personas de diversidad profesional y regional fue altísima. Contó con la colaboración de gente de Argentina, Chile, Perú, Venezuela e Inglaterra.
El resultado es un metraje de aborda la cotidianidad, y funde al buzón rojo como el centro de ese universo. Observamos cómo puede relacionarse un objeto estático con algo que es constante, dinámico y que no se detiene: el tiempo, la ciudad. Ambos entes vivientes de un mismo fenómeno que abarca la rutina y lo que podrían llamar algunos, esos ecos de lo moderno, lo civilizatorio, etc.
La memoria de lo simbólico, como un recorrido de cartas, de notas que tejen sus propios hilos al pasado; quizá sea una de las lecturas que se le pueda dar al clip. El ícono del buzón rojo, como una punsión que podría desaparecer, y al hacerlo, Buenos Aires dejaría de ser ella misma, en parte. Llegaría a ser una ciudad sin memoria, sin caminos que vuelvan a su corazón y que inviten a reencontrarse con su pasado.
Aquí, te dejamos el nuevo video de Telefonema: