Mucho se habló del primer disco de Perras on the Beach desde su lanzamiento en el 2016 (Chupalapija). Un debut que dejó sin habla a toda la crítica musical latinoamericana, desde el underground hasta sitios especializados.

Había pasado un tiempo desde que la irreverencia, la honestidad y la rebeldía dejaron de ser estandartes para las bandas de rock latinoamericanas. Aquellas, cuyas raíces declamaban estilos más densos, terminaban perdiéndose en vertientes avocadas al interior humano y a sentimientos, por así decirlo, más profundos y menos mundanos.

En parte, el rock presentó un declive en cuanto actitud en la última década, y muy pocos movimientos se encargaron de llevar dicho estandarte.

Por fortuna, Perras on the Beach es una de esas joyas excepcionales que nos recuerdan que no hace falta más que guitarra, bajo y batería para hacer molestar a alguien; y hacerlo bien.

Flow de cuyo

Ya han pasado dos años desde el lanzamiento de Chupalapija. Perras on the Beach presentó a la audiencia un sonido crudo, cargado del más puro rockability en combinación con un trabajo vocal impecable para una banda que se pasea por el punk más esencial de la raíz.

Nacidos en el año 2015 en Mendoza, Argentina, se notaba a leguas que era una banda que aspiraba romper paradigmas y esquemas dentro del mismo juego de la industria.

Es por eso que Flow de cuyo, su nuevo lanzamiento discográfico, ha despertado nuevamente el interés en nuevas audiencias y, cómo no, en sus ya establecidos seguidores.

Esta placa comienza a coquetear, tenuemente si me permiten opinar, por aquellas pentatónicas bluseras que nos evocan a artistas consagrados del género como BB King. A simple descripción podría pensarse que es una involución en la pesadez de su género original, pero una vez que el oído ha quedado enganchado desde el primer track, encontramos la identidad de la banda tan presente como desde el primer día.

El punk, esa garra que canta en contra de lo que está mal en el mundo, se mantiene desde la primera línea vocal de Simón Poxyram. Hay puntadas contestarías, reflexivas, llenas de rabia y otras menos tajantes; pero verídicas. Quizá el punto más fuerte, a nivel sonoro, de Perras on the Beach, sin restarle mérito a Bruno, Nacho y Fabrizio en sus respectivos instrumentos, quienes también ejecutan de manera soberbia y pulcra.

El “Do it yourself” de Perras on the Beach

El espíritu de la autogestión es un aspecto que continúa presente en Flow de cuyo. La producción recayó en su totalidad en manos de la propia banda, mientras que los trabajos de mezcla le tocaron a Luca Beguerie Petrich en Fader Records. El trabajo de Mastering fue realizado por Carli Beguerie.

Perras on the Beach regresa con todo: