Describir el segundo trabajo solista de Juan Mango no sería una tarea fácil. La razón de esto deriva en que cualquier etiqueta, que resuelva a un género en específico, se diluye entre las distintas propuestas que track a track nos va mostrando este trabajo.

Ochocientos envolventes al  Sol, estructuralmente, está conformado por siete canciones, muy diferentes unas de la otra, pero que en un conjunto, en un plano “cósmico”, se sienten latir en una sola reverberación.

Esto, afirmo, puede que quizá sea el punto más fuerte de la segunda obra solista de Juan Mango, quien ya antes nos había sorprendido con Papet (2016).

Un tranvía hecho de rieles siderales

El título de este disco es una invitación. De eso no puede quedarnos la menor duda. Me perdonan el lugar común, pero se me ocurre comparar la experiencia de escucharlo con un tranvía hecho de rieles siderales.

Juan Mango estuvo encargado de la producción y composición de cada uno de los elementos de Ochocientos envolventes al Sol, y lo deja muy claro con su concepción detrás de cada uso melódico del sintetizador. Los arpegios, arropados por un beat sutil, poco inflamable, conllevan a imaginarse una burbuja que atraviesa el espacio como una nave; una nave hecha de la propia consciencia del artista.

Sin entrar en abstracciones, hay una construcción minimalista adrede que va huroneando dentro de los motivos melódicos que componen el disco. Son fácilmente distinguibles desde la primera pista, “Transparentes”, cuya evocación no es más que aquellos sintetizadores de la vieja guardia de los años 80.

Sin embargo, dentro de ese estilo minimalista, encontramos rastros de Lo-Fi moderno, tendencia que se combina a la perfección con las intenciones vocales de Juan Mango.

Estas no oscilan en avanzados, ni complicados intervalos melódicos, sino, se integran en el arte de la recitación, casi como si quisieran incluirse a sí mismas dentro del R&B.

Hay versos poderosos, potentes, pesados, livianos, de calcada saña y que rebotan sonoramente en sus acentos silábicos. Para una muestra de lo que hablo, “Destino”, cuarta canción de Ochocientos envolventes al Sol puede dar cátedra y corroborar cada palabra.

Producción y Mezcla de Ochocientos envolventes al Sol

La mezcla del disco está balanceada. Ya sea que la experiencia sea llevada a cabo en audífonos o en altoparlantes en estéreo, puede sentirse el envolvente chorus, en compañía de flangers y delays.

Y no es para menos, puesto que fue el mismo Juan Mango quien participó en el trabajo de mezcla, además de producir milímetro a milímetro los pequeños detalles que iremos encontrando. “No me sueltes” es, sin duda alguna, el tema más logrado en el nivel técnico. Desde el brillo que obtienen los hithats (electrónicos, cabe destacar), hasta los trémolos robóticos de las voces.

Acompañando a Juan Mango en esta tarea estuvo Carli Berguerie, se encargó del trabajo de Mastering en Mastering Boutique, ubicado en la ciudad de Nueva York. El trabajo que realizó al realzar cada onda, cada explosión sonora, refleja lo bien que conocía las intenciones de este disco.

Un viaje contemplativo y sensorial

Ochocientos envolventes al Sol de Juan Mango es una producción enteramente independiente. Es una muestra de que los artistas contemporáneos tienen las herramientas necesarias para concebir discos como este.

Para aquellos que disfrutan de ratos tranquilos, contemplativos con ligeras pulsaciones rítmicas al fondo, esta placa discográfica ofrece momentos que quedarán rondando en la cabeza.

Prepárate para un viaje cósmico, enciende la nave, ya puedes escuchar el disco completo acá abajo.

Un disco cautivante. Juan Mango: Ochochientos envolventes al Sol