Joe Venganza y la maquinaria de animales humanos es un proyecto bastante —en exceso— particular.
Los géneros alternativos siguen dando de qué hablar en Latinoamérica. Es una tendencia que se presenta, casi, irreversible para gusto de todos.
Día a día, las propuestas parecen embarcarse en una búsqueda de identidad nata, y en el transcurso de dicha búsqueda, el miedo al experimento suele perderse.
Esto tiene que ver, quizá, con las inquietudes de una generación de músico que intentan alejarse de lo que escupen las radios hoy día. Bien que puede resultar interesante y extraño, y Joe Venganza y la maquinaria de animales humanos parece estar consciente de eso.
El proyecto
Hablar de agrupación sería caer en terreno ambiguo. En términos más generales, Joe Venganza y la maquinaria de animales humanos es un dúo conformado por José Legato en la guitarra y voz, y Ariel Villanueva en el cello, voces y orquestaciones.
Ya de entrada, nos llama la atención la inclusión de un instrumento orquestal en un ensamble de música no académica.
Y es que podemos definir este proyecto como un ensamble, que presenta innumerables variaciones en cuanto a sus influencias se refiere. Por un lado, nos evocan una época funk, mientras que por otra, la inclusión de atmósferas electrónicas nos trae de regreso a nuestro tiempo.
Hay mucho postrock que se vale de la teatralidad. Esto es más que apreciable en la sesión en vivo de su Ep del 2016, La venganza, grabado y mezclado por Tom Guida en GUIDA Studios.
En líneas generales, son veinte minutos muy emotivos con lo mejor que tiene que ofrecer. En el apartado instrumental colaboraron Morel Otoño (guitarras), Euge Crudo (percusión), Tom Guida (samples electrónicos) y Fer Berstein como encargado de la dramaturgia.
Vietnam
En su más reciente trabajo, Joe Venganza y la maquinaria de animales humanos se valen otros elementos más convencionales, con más presencia de guitarras eléctricas y acordes abiertos. Se permiten incluso unas ligeras disonancias en la distorsión de los solos.
La estética vintage de «Vietnam» le hace oda a la mal llamada guerra. Es apreciable el uso de armas como micrófonos y el paseo por las calles en pleno invierno.
Parece ser que la escenografía acompaña a la música, como si el sonido de garaje proviniese de las paredes.
Un tema hermoso, sin duda, que grita y denuncia, además de relatar, los horrores de la guerra y lo que esta puede quitarte.